jueves, 22 de abril de 2021

Entrevista de personalidad a Jermufoto

Lana Mahmud: la entrega de su alma en las fotografías

Sus preferencias por la música, libros, series, pinturas y arte fueron su norte para aprender a retratar momentos inigualables, y hoy, su mayor felicidad es ejercerlo como profesional 

Amira El Sahli 

El momento en que te conviertes en madre es inesperado e increíble, en razón de que un ser amado creció y se desarrolló dentro del fuerte vientre de cualquier mujer. Cada mes es un paso que se debe pisar con amor y paciencia, pero cuando por fin llega el instante tan anhelado de dar a luz, ese es el que debería ser fotografiado para revivir el encuentro entre dos seres: madre e hijo.

Una mañana, en la Clínica Cachamay, Lana Mahmud caminaba por los pasillos aterrada por su primera sesión colaborativa de nacimiento, pero sin borrar la sonrisa de su rostro. Dentro del quirófano se sentía el esfuerzo de los médicos y los nervios de la futura madre con una profunda herida en su vientre.

Pasan los minutos que para ella parecieran horas. Hasta que por fin, como una luz divina, alumbraron sorpresivamente en medio de la herida y se escuchó su primera señal de vida con un grito en llanto: un varón llamado Ahmad.

Lana no paraba de fotografiar el momento exacto en que sale a la luz, y tampoco de llorar. Sus lágrimas caían repentinamente, reconociendo el valor y el mérito de las mujeres del mundo. Este, como otros nacimientos, han sido la prueba más extraordinaria de su vida.

Jermu significa “mujer”

Lana Mahmud es abogada egresada de la Universidad Fermín Toro en Barquisimeto, pero al comenzar se dio cuenta que no era su carrera soñada. Sin embargo, para ella la universidad es una época maravillosa que todos deberían experimentar, aunque se estudie algo que no agrade del todo.

Gracias a sus gustos artísticos y al cariñoso sobrenombre Jermu que le atribuía su esposo, Paco Nohra, por el hecho de que “los argentinos voltean las letras”, fue llevado a la cima como Jermufoto en Ciudad Guayana. Este se convirtió en su marca personal desde el año 2017 sin saber que sus gustos valdrían más la pena que una vida defendiendo clientes en un tribunal, tornándose en su amada e imprevista profesión.

Con el propósito de dejar recuerdos valiosos junto a las brillantes herramientas tecnológicas, nace la inspiración de no solo tomar fotos. A través del enriquecimiento de diversos cursos fotográficos, Mahmud pretendía ir un poco más allá y manifestar lo que ella estaba viviendo en cada sesión. Jermufoto fue creciendo en la dimensión artística, sobre todo en su interior como mujer, mezclado con la satisfacción de brindar un servicio de lujo en la ciudad.

“Todos somos iguales”

Lana viene de una numerosa familia palestina y musulmana, donde nació y creció en una ciudad que posee espacios admirablemente antiguos en Venezuela: San Felipe. Para ella, la capacidad y el empeño son factores indispensables para lograr las metas de vida. 

Hoy por hoy, siendo madre y esposa, no ha dejado de escuchar comentarios de estilo machista, los cuales les desagrada y no comprende. Sus convicciones por el feminismo han surgido a partir del impacto negativo que han generado los abusos de cualquier índole, además de crecer en una época rígidamente cerrada sin conceder el valor de la mujer.

Lana es decidida, por ello, es otra que no ha tirado la toalla ante este tema sinfín. Su visión es más nítida con respecto a la mujer, y en virtud de esto, para ella el género es lo menos relevante. En un mundo desenfrenado, todos debemos ser capaces de derribar los obstáculos sociales para llegar al designio de nuestras vidas sin ser juzgados por nuestro sexo, problemas, debilidades, religión, aspecto... o ningún otro motivo.

Y gracias a las nuevas generaciones que han defendido los derechos de la mujer, ella es una más que se animaría a realizar campañas de apoyo solo por el hecho de ser una fémina, que ha experimentado a lo largo de su vida esta preocupación sin resoluciones concretas. Todos cargamos un punto frágil y el de ella es la mujer.

Desde entonces, hace un llamado insistente y justo a los organismos encargados, ya que es esencial para dar respuesta a los casos y así no dejar impunes los maltratos hacia este género, que “básicamente funcionen en el tema de Venezuela”, dijo con firmeza.

Norte Vs Sur

Su estado natal es Yaracuy, aunque en el año 2016, Lana le hizo un favor a su corazón y tomó la decisión de casarse para formar una familia con el hombre de su vida en un lugar peculiar: en el tropical estado Bolívar. 

Su llegada a Puerto Ordaz fue el “camino para reencontrarse”, por lo que día a día recorre un viaje que no tiene fin para aprender de sí misma, valorarse, mejorar y conocer lo lejos que puede llegar por una meta fijada.

Mahmud volvería a Yaracuy para reencontrarse con sus familiares y amigos. El hecho de mudarse repentinamente, por deseo a lo que quería para el resto de sus días, fue suficiente como para comenzar desde cero en Puerto Ordaz, junto a Paco y sus dos retoños, Salem y Amaranta.

Un amor poderoso

El amor propio es necesario, magnífico y evidenciable al exterior, es decir, cuando nos queremos y nos admiramos, se nota. “No aceptar nada que te incomode y que no sientas que está bien” fue la respuesta principal a este tema.

También, "no aceptar nada que no tenga que ver con felicidad" fue el toque medio para profundizar su contesta, ya que todos estamos guiados a ser felices en algún momento de nuestros caminos, sin que nadie nos intimide.

Lana es un ser sin arrepentimientos ni remordimientos por sus actos; es calculadora, responsable y organizada. En sus decisiones se analizan los pros y contras. No obstante, si algo sale mal, es un aprendizaje que suma en su equipaje de imperfecciones.

Afirmó que se aprecia tal y como es, puesto que sus experiencias complicadas la han fortalecido. En virtud de ello, creyó en sí misma y formuló sus designios como una guía justa para enseñar a la sociedad, acompañado de sus estudios como abogada para defender y contribuir con sus pensamientos. 

Cada vez que realiza una sesión fotográfica es agradecida con el destino, por aceptar las riendas vividas que la enseñaron a ser contundente en cada juicio, y hoy, se siente dichosa por lo que ha construido, sobre todo su familia.

domingo, 18 de abril de 2021

Sobrevivientes

Sobrevivientes

Nadie se imaginó que la vida pudiese llegar a dar un giro diferente para marcar nuestra historia, pero más que eso fue un golpe imprevisto 

Amira El Sahli

¡Llegó el año 2020! Año nuevo, vida nueva ¿no? Así lo consideré. Un tiempo para comenzar con buen pie, donde los designios y planes serían mi único pensamiento para seguir luchando por lo que realmente quiero ser. Pasaron los días del año que decreté ser inolvidable y mejor que el anterior.

Llegó febrero intentando "sorprendernos" con la noticia de un posible virus mundial, originado desde diciembre del año 2019. En varios países ya había nacido el miedo de una propagación rápida sin una cura prevista, y por ello muchos fallecieron de la nada. Para mediados de marzo, el tiempo se volvió misteriosamente lento en Venezuela con la declaración oficial de una tal "pandemia" y "cuarentena". 

Al principio sé que muchos, incluyéndome, no entendíamos tales términos. Básicamente, es permanecer en tu hogar (encerrado), debido al contagio de un virus mundial (casi mortal) bajo ciertas medidas de prevención (tapaboca, higiene y distanciamiento social). 

Nadie le prestaba tanta atención por los pocos contagios revelados al principio de esta rara vida. Aun así, la preocupación si estuvo asomada por ser un virus que ataca a tu sistema de forma fortuita, donde los tratamientos y la recuperación solo dependerán de tu estado de salud o de las previsiones que tomes.

Solo fue cuestión de tiempo para acostumbrarnos a apreciar nuevos rostros, acompañados de una diversidad de tapabocas como adorno indispensable, que hacen que nuestra mirada entristecida se pierda en la angustia del día a día. 

La vida sigue corriendo y todo se ha convertido en una rutina pesada, además de alarmante por el aumento de casos y la vinculación a seres cercanos. Las noticias e informaciones transmitidas en las redes sociales son el doble de enfermizas; no existen buenas noticias o una distracción sana en estos tiempos tan adversos. 

Esta enfermedad ha tocado la puerta de un hogar, negocio, parque, supermercado, iglesia... y entró para quedarse y crear una inseguridad en el mundo. Especialmente en Venezuela, porque, hasta ahora, la incertidumbre y las carencias de nuestra historia persisten en la Narnia venezolana con la ausencia de un sistema de salud que salve a los pocos que quedan en nuestra tierra. 

No sé si solo me pasa a mi, pero entre mi zozobra el hecho de pensar constantemente es algo tormentoso. También, me ha costado entender muchas cosas, donde la ansiedad y el nerviosismo aumentaron con razón. 

Hoy nuestra gente se siente desorientada, lo cual duele. Solo quiero pensar que el mundo iba como un cohete hacia el futuro sin mirar atrás y era necesario detenerlo para darnos cuenta de miles de cosas que pasaban por nuestro frente, ¿quién sabe? 

Y al terminar de hundirme en largos pensamientos siempre llego a la conclusión de que todo lo que tengo ha sido suficiente como para agradecerlo, y que, a pesar de las circunstancias, he sido afortunada. 

Nadie lo vio venir, nadie se preparó para la guerra que nos esperaba. Sé que seremos capaces de afrontarlo cuando toque y de la manera más adecuada para convertirnos en sobrevivientes, que esta odisea pronto podrá ser contada y recordada. En este escrito solo me queda recomendarles acciones simples: amen con fuerza, besen y abracen a montones, compartan, perdonen y recen bastante.

Fuerzas y bendiciones para quien las necesite.


Teresa: el milagro de San Charbel

Teresa: el milagro de San Charbel Las adversidades nos enseñan, una vez más, que la ilusión y los motivos para seguir deben permanecer des...